Hace casi cinco años, un ingeniero ilicitano cambió los planos por los libros para tomar las riendas de la librería más emblemática de Elche: Ali i Truc. Descubre cómo David Reche ha mantenido el legado de este comercio tradicional mientras lo adapta a los nuevos tiempos con tecnología, eventos culturales y la misma pasión por los libros.
Durante casi tres décadas, la vida de David Reche se midió en tranvías, carreteras y gestión de proyectos. Un ingeniero de caminos ilicitano que, tras 25 años entre Valencia y Madrid, soñaba con volver a casa, a Elche, a su Mediterráneo. Antes de que la vida le deparara su mayor sorpresa, a finales de 2019, David ya proyectaba su regreso con un negocio de excursiones en scooter para mostrar los paisajes y el patrimonio ilicitano y de la provincia de Alicante.
Sin embargo, lo que nadie, ni siquiera él, podía imaginar es que el destino le tenía preparada una vuelta tan inesperada, un giro de guion que lo llevaría de la ingeniería y sus libros a regentar una «institución» ilicitana. Fue el 22 de diciembre de 2020, hace casi cinco años, cuando todo cambió. David, escritor y lector empedernido, se encontraba firmando ejemplares de una de sus novelas juveniles en la librería Ali i Truc cuando Paco Trigueros, su histórico propietario, le hizo la propuesta que cambiaría su vida: tomar las riendas del negocio.
La respuesta de David fue inmediata y llena de asombro. «Fue como si me tocara la lotería», afirma. Su pasión por los libros, que le venía de muchos años como lector y autor, lo había puesto en el lugar y el momento adecuados. Sin experiencia en la gestión de librerías, David se sintió un «todocamino» dispuesto a asumir el reto.
Un legado de 47 años y la sociedad familiar

El traspaso de la librería fue un proceso sosegado y lleno de respeto por el legado de 47 años de Ali i Truc. Durante ocho meses, y con la guía de Paco, David se sumergió en un «curso acelerado», aprendiendo desde la gestión de almacén hasta la compra de títulos. El objetivo era claro: no «romper el juguete» de una institución que es el corazón literario de Elche.
En esta nueva etapa, David no está solo. Su hermano, Andrés, otro ingeniero que no reside en la ciudad, se unió al proyecto como socio capitalista. Es un binomio de confianza absoluta, donde David asume el rol de gestor diario y Andrés, el de socio estratégico. Una colaboración que, a pesar de no haber trabajado nunca juntos, funciona a la perfección, basada en la total libertad y el consenso en los asuntos clave.
La era digital y el club de los fieles lectores

El desafío más inmediato fue modernizar la librería sin perder su esencia. La primera gran apuesta fue el salto a la red abriendo la página web (aliitruc.es) y la presencia en todostuslibros.com, la plataforma de las librerías independientes. Era fundamental sacar a la luz el enorme fondo de catálogo acumulado por Paco, que ahora se vende poco a poco online.
David y su equipo también han implementado nuevos procesos internos para mejorar la eficiencia y han puesto en marcha iniciativas como el boletín semanal o el recién creado «Club d’amics d’Ali i Truc», con el que premian la fidelidad de sus clientes.
A pesar de los cambios, la identidad de la librería sigue intacta. El lema «El libro como vehículo de cultura» sigue más vigente que nunca. Para David, esto se traduce en mantener una amplia variedad de secciones, más allá de los bestsellers, para que cada lector, sin importar sus gustos, encuentre el libro que busca. Mantener la señalética y la atención en valenciano también fue una prioridad, honrando el carácter ilicitano del negocio.
Un lugar de encuentro y eventos culturales en Elche

Ali i Truc es mucho más que un negocio; es un epicentro cultural para Elche. Las tertulias y presentaciones con autores son su seña de identidad; un espacio siempre abierto a propuestas. David tiene claro que, si bien la venta de libros es fundamental para la supervivencia del proyecto, hay espacio para todo tipo de literatura porque, como él mismo afirma, «hay lectores para todos los libros». Esta vocación se extiende a un calendario repleto de actividades regulares que convierten la librería en un verdadero punto de encuentro.
Además del ya consolidado club de lectura, que se reúne el segundo martes de cada mes, David y su equipo han puesto en marcha un nuevo club de lectura juvenil. También mantienen un concurso de relatos a través de su página web y la sección que tienen en Onda Cero Elche. La librería colabora activamente con la vida cultural de la ciudad, acogiendo a colegios para mostrarles el funcionamiento del local o participando en eventos como el Festival de Cine Independiente y el ciclo ‘La Dignidad de la Palabra’ en el Gran Teatro.
Mención aparte merecen las ya tradicionales «Citas gastroliterarias». Este evento, heredado de la época de Paco Trigueros, se ha convertido en una cita ineludible que une dos placeres: la lectura y la gastronomía. Por sus veladas han pasado figuras de la talla de Rosa Montero, Almudena Grandes, Jon Sistiaga y Santiago Posteguillo, demostrando el poder de la palabra y el sabor.
El alma de Ali i Truc: su gente y su futuro

Cuando David habla de la librería, no se olvida de su equipo. Las mismas personas que llevan entre 10 y 30 años en el mostrador son, para él, el verdadero «sustrato consolidado» del proyecto. Es el personal, con su complicidad y conocimiento, quienes le ayudan a entender y servir a la comunidad de lectores, la cual, asegura, es «muy cercana y muy fiel».
Mirando al futuro, los retos son grandes: la competencia de las grandes plataformas digitales y el cambio de hábitos del lector. Sin embargo, David cree firmemente en la vocación de la librería independiente como punto de encuentro y servicio. Por eso, ya preparan nuevos eventos, como el Cocktail de letras: charlas literarias entre jóvenes autores de ámbito nacional y local en el Hotel Port Jardín Milenio, exploran la posibilidad de lanzar una aplicación y buscan nuevas formas de conectar con su público.
Lo que más le sorprende y le fascina a David de su profesión es la gente. Quienes entran y exclaman «¡me encanta este olor a libro!», los clientes que vuelven una y otra vez, la idea de que «para cada libro haya un lector». Para él, antiguo ingeniero y escritor, no hay nada más reconfortante que ver la librería llena, un recordatorio de que, a pesar de los siglos y de la tecnología, un negocio que se basa en el simple placer de leer sigue siendo posible.
Es en ese momento, cuando el local se llena hasta los topes en una feria o en Navidad, cuando el alma de Ali i Truc, la que le devolvió a casa, le confirma que está en el lugar correcto.
